Los adversarios en la democracia


Los adversarios en la democracia


En toda democracia es indispensable la oposición. En los regímenes políticos democráticos es fundamental el contrapeso de quienes no están de acuerdo con aquellos que se ubican al frente de las instituciones gubernamentales.

En el nuevo régimen político que estamos edificando en México es natural y necesario que haya críticas de quienes no comparten nuestra visión de construir un Estado de Bienestar, socialmente responsable, con renovadas instituciones y nuevas leyes que hagan tangible el bienestar del pueblo.

Una oposición inteligente, culta, política e ideológicamente competente y fuerte siempre será bienvenida y reconocida como bloque opositor legítimo. Adversarios con estas características siempre nos obligarán a prepararnos más, a pensar en mejores planes, proyectos y diseños institucionales, organizacionales y legales construidos sobre la base de ideas claras y principios sólidos.

Esperamos oponentes que fortalezcan nuestras destrezas de combate político, discursivo, ideológico y de creación de nuevos proyectos que se edifiquen sobre las bases de lo que creemos debe ser la Cuarta Transformación: una Nueva República. Sin embargo, hoy en día, ¿qué tipo de oposición tenemos?

La oposición demuestra escasez de luces intelectuales y éticas, no sólo como opositores políticos, sino también como adversarios cuando estuvieron al frente del gobierno federal. Su forma de actuar en el gobierno fue emplear las peores prácticas políticas: represión, espionaje, amedrentamiento contra las voces críticas y persecución política. Como opositores no es diferente. Recurren a noticias falsas, denostaciones y acusaciones inexistentes sobre el trabajo del gobierno federal y, en particular, el presidente.

Nuestros adversarios, que ahora son oposición, no fundamentan sus dichos sobre bases teóricas e ideológicas sólidas, ni tampoco en los hechos, simplemente lanzan acusaciones sin bases ni conocimiento, pero si con mucha ignorancia y mala fe. Ejemplo de ello es acusar al presidente de limitar la libertad de expresión; nada más falso que eso.

Dicen que se les coarta el derecho constitucional de manifestar libremente sus ideas, sus críticas y señalamientos hacia lo que consideran está mal en el gobierno, sin embargo, todos los días salen en los grandes medios de comunicación a descalificar sin que nadie se los impida, sin sufrir represalias ni persecuciones o, peor aún, desapariciones forzadas, como ellos acostumbraban cuando eran gobierno. Yo les preguntaría: ¿cuál de sus derechos políticos o civiles les han sido arrebatados en la actual administración? 

Esperamos debate de altura y que construya. Sabemos que podemos llegar a cometer errores en nuestro quehacer público, pero las críticas que se nos hagan deben ser bien fundamentadas y en aras de corregir para construir, no de golpear ni de descalificar a fin de destruir.

Ese tipo de actitudes y esa forma de ser oposición dice mucho de la falta de ética en aquellos que se autodenominan “oposición responsable”.

¡Desde abajo y con la ciudadanía!