Balance a dos años de haber comenzado la Cuarta Transformación


Balance a dos años de haber comenzado la Cuarta Transformación


Iniciamos este gran movimiento político y social con un objetivo claro: transformar y dignificar la vida pública de México. Desde el comienzo de nuestra lucha, hace ya muchos años, hemos defendido las causas de la honestidad, la justicia, la democracia, la libertad, con especial énfasis en la revolución de las conciencias.

Nuestra lucha ha sido contra los privilegios de una élite política y económica rapaz y en contra de la corrupción gubernamental asociada a intereses privados. Durante años hemos ido construyendo, poco a poco y como parte de un trabajo hormiga, conciencia política y social entre la gente más vulnerable, entre las víctimas de la rapacidad y de la corrupción de empresas y políticos que se han enriquecido al amparo del poder público, en detrimento de los más pobres.

Hoy, nuestros esfuerzos, trabajo y empeño por hacer de México un mejor lugar para vivir comienzan a verse cristalizados. Desde la Cámara de Diputados hemos aprobado un conjunto de nuevas leyes, reformas a leyes ya existentes y reformas constitucionales profundas para dignificar la vida pública de México, pero, sobre todo, a fin de hacer digna y agradable la vida de millones de personas que, durante por lo menos cuatro décadas de políticas neoliberales, vieron mermados sus ingresos, oportunidades educativas y derechos en materia de salud, trabajo digno y bien remunerado y de seguridad social. 

Al recorrer pueblos, barrios, colonias y unidades habitacionales hemos recabado el sentir de la gente; por eso sabemos de primera mano qué demandan las personas; no estamos improvisando nada, son años de caminar las calles en compañía de vecinos cansados de ser olvidados desde los gobiernos y por los que se dicen sus representantes. 

En estos dos años de trabajo legislativo y de apoyo al Gobierno Federal que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador, hemos ido avanzando en diversos temas que han ayudado al proyecto de transformación que nos trazamos desde que estábamos en campaña en el año 2018.

Hemos cumplido al hacer de la corrupción un delito grave, lo mismo que los delitos electorales y el uso del erario para fines partidistas y electorales. Respondemos a las necesidades de las personas más vulnerables al hacer del derecho a la salud gratuita y de calidad un precepto constitucional; lo mismo que con las pensiones para las personas adultas mayores. Ahora estos apoyos son derechos, no sólo programas de gobierno, y no están sujetos al capricho y arbitrio de la política económica.  

Hemos ido apoyando al Gobierno de la República desde el Poder Legislativo, en el ámbito de nuestra competencia, a cumplir los 100 compromisos a los que se comprometió el Presidente, de los cuales 95 ya se han concretado. Si bien es cierto que todavía quedan pendientes de atender y resolver (como la seguridad, por ejemplo), la realidad es que estamos marcando la pauta de una transformación profunda, no sólo de las estructuras del Gobierno y del Estado, sino también en la conciencia de millones de personas que han comenzado a entender que el poder emana y reside en el pueblo, y que quienes desempeñamos una función pública estamos obligados a obedecer el mandato popular.

Esto es lo que se ha denominado la revolución de las conciencias que, sin lugar a dudas, es la más importante revolución que puede haber en los seres humanos. En este sentido, nuestro balance es positivo. Si bien es cierto que nos falta mucho por concretar, hay que ser conscientes que los procesos históricos de largo alcance son lentos, no de un día para otro ni se concretan en un sexenio, pero estamos construyendo las columnas para la gran transformación que México demanda.

¡Desde abajo y con la ciudadanía!